domingo, 3 de marzo de 2013

Desilusión como forma de vida.

Me late el corazón. Muy rápido. Estoy acurrucada mirando el móvil y tapada completamente con la manta, eso es mala señal, no me puede estar pasando esto a mi. Pero, por otra parte, joder, ¡Esta celoso! ¡Lo ha admitido! Y todo por un sueño. Dios, ¿le gusto? ¿no le gusto? 
¿Pero que hago? ¿qué hago reprimiendo una sonrisa contra la almohada? No, no me puede estar pasando esto a mi, no me puedo estar... No.
Y entonces, pum! desilusión. Todo se rompe, estabas en una nube, pero te caíste. Te ilusicionaste, arriesgaste y perdiste. Lo dijo por decir. Declaraciones de las que te arrepientes, ''jajajajaja'' enmascarando el dolor, insultos que salen de tus labios con un claro destinatario. El señor Arrepentimiento llena tu ser, pero siempre hay hueco para el odio, él siempre estará presente, ¿por qué no sacar a pasear el rencor?
 Y entonces empiezas, empiezas a joderlo todo como nunca lo habías hecho, sacas todo, absolutamente todo. Te das cuenta de lo que estas haciendo, que estas perdiendo cualquier posibilidad que tenías, pero, ¿qué mas da? Lo dijo por decir, era un juego, un simple juego. Empiezas a insultarle, gilipollas es su mote, le dices todo, absolutamente todo, incluso lo que sientes. Le dices que te gusta, que te gusta mucho, no esperas a saber si le importa o no, le insultas, quieres ofenderle, y en eso, eres una experta, quieres verle sufrir, quieres que pase por lo mismo que tú. Te conviertes en un ser cruel, te conviertes en lo que han hecho de ti. 

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