Tú, querida esperanza, ¿donde te has marchado? ¿Donde ha quedado ese atisbo de esperanza? Sí, ese que me decía que todo iba a salir bien, aunque fuese mentira. Se ha ido, lo suponía... ¿Pero porque? ¿ A donde? y lo más importante, ¿Volverá? Mi pesimismo me dice que no, y creo que tiene razón, por mucho que me duela. ¿Porqué todo lo que me animaba se va? ¿Soy yo la culpable? Probablemente sí, ¿pero porqué? Yo no quiero que suceda, ¿O sí? Es todo tan confuso... Como odio la confusión...
Odio tantas cosas realmente, por ejemplo, las paranoias que escribo, como esta. No sirve de nada escribir, quizás debería dejar de hacerlo.
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