lunes, 8 de abril de 2013
Besos que me muero por dar.
''... y entonces le dije que le amaba demasiado, como para dejarlo ir. El mundo se paró durante unos instantes. Vi como le brillaban esos ojos marrones que nunca me cansaré de ver, vi como se dilataban las pupilas. Pude captar esa sonrisa entre tanta oscuridad, brillas entre tantas tinieblas, y más ahora.
Das un paso en falso, me quedo quieta, no sé como actuar, los nervios me traicionan y lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas. Esta vez no duda, da un paso, se acortan los centímetros que había entre nosotros dos. Pienso en que si estira sus brazos alcanzará mi rostro, y mientras lo imagino, lo hace. Me seca esas lágrimas que se han quedado rezagadas. El tacto con sus dedos me hace estremecerme, esto es lo que he soñado tantas veces esas noches en vela. Sujeta suavemente mi cara, con un tacto apenas imperceptible, pero sé que esta ahí. Se acerca, doy un paso en falso, se acerca más, dudo si acercarme yo también y acabo optando por quedarme en mi sitio, sonríe, me enamora.
Estamos a apenas dos centímetros, puedo escuchar su respiración nerviosa, él también la mía, y entonces, agacha un poco la cabeza... Y sí, me besa.
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