Fue allí en busca de un encuentro que pareciese casual, que quizás y solo quizás, pudiese reavivar la llama de su amor. Fue a aquella plaza donde se conocieron, allí surgió la primera mirada capaz derretir a cualquiera, el primer beso, el primer te quiero... todo había pasado allí, ese lugar era especial.
Decidida y después de una larga caminata llego allí, recorrió todo el lugar en una rápida pasada con la mirada, sin buscar detalles, solo a él. No lo encontró a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera... simplemente no lo encontró. Resignada no pudo hacer otra cosa, después de esperar un buen rato, que irse, pero con la decisión de volver al día siguiente.
Volvió al día siguiente, y al siguiente, y al otro... pero no apareció, era como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Cuando estaba decidida a irse para no volver más, vio su gorro, su sonrisa encantadora, y a ella también. Él la estaba sonriendo, estaba haciendo lo que le hacía a ella, la miraba de la misma forma, de forma especial, y ella, caía ante sus encantos, igual que había hecho ella tiempo atrás. ¿Estaría enamorado de ella?
Sin poder creerlo camino sin rumbo fijo, se mezclo entre la multitud, recorrió calles que nunca había visto, miraba al cielo en busca de algo que le diese una pizca de fuerza, y de esperanza también, ¿por qué no? Pero por mucho que miraba, no lo encontró. ¿Cómo podía estar enamorado de otra? ¿Es que ya no se acordaba de ella?
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