Parteme en dos, llora por mi, sufre, lo mereces tío, por ser un cabrón. Intento que nadie me importe y mírame, contando como e rompo a esa pava que está a kilómetros. Las cosas nunca cambian.
Cuanto más deseo dormir, más me ataca el insomnio. Demasiado activa para cerrar los ojos, demasiados latidos para decir que esta muerda, pero lo de estar rota por dentro nadie lo niega. Joder, no tiene sentido, no me entiendo ni yo, ¿Qué cojones hacéis vosotros? Pero oye, que es un placer eso de no entenderme.
El reloj marca las cuatro de la mañana, siempre ha sido una buena hora para preguntarme qué coño estoy haciendo con mi vida. Escribo intentando ver la luz en este túnel y sólo veo que no hay salida. Empiezo a pensar en las cosas que me hacen feliz, y me ahogo. Nunca son suficientes. La música chico, sólo la música me hace sonreír. Busco amistades, en su mayoría, por entretenimiento pero es que nada llena este vacío que llevo dentro, y lo comprendo. No soy capaz ni de llenarme yo no puedo pretender que lo hagan otros, no puedo dejar que lleven esa carga.
Bah, matame chico y así acabamos antes. No me partas el corazón, partame el cuello que al menos el segundo no es un sufrimiento lento. Lárgate, huye mientras puedas, yo también huiría si pudiese pero es algo difícil eso de esquivarte a ti misma ¿no?. Busco emoción pero cada vez sueno más hueca en cada carcajada, pero al menos sirve para algo. Sé que si algún día alguna persona a la que he hecho daño lee esto sabrán que he obtenido mi merecido, o al menos, estarán satisfechos al saber que, al fin y al cabo, si estaba tan echa polvo como creían. Y es que, yo no soy el ave Fénix chico, yo no resurjo de mis cenizas, y cenizas es lo único que me queda. Quizás sea porque mi interior siempre le ha encantado eso de arder.
Me dijeron que si jugaba con fuego me podía quemar pero nadie me dijo que acabaría ardiendo por dentro.
Bah, por mucho que arda hay partes de mi que siempre estarán sometidas a ese invierno eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario