Mi corazón, esta a flor de piel, tantos sentimientos que un día no demostré, esos sentimientos que se perdieron, solo puedo refugiarme en esas palabras que un día me hirieron. Esas que me mostraban la realidad, y ante esas situaciones solo me quedaba rezar. Rezo a un Dios inexistente, que donde único se encuentra es refugiado en mi mente. Y ahora ese Dios se quiere marchar, como toda la esperanza que un día llego a entrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario