domingo, 3 de noviembre de 2013

Amando lo que no es eterno.

Nada es eterno. Si piensas lo contrario te irá mal en la vida, sino, solo hace falta mirar las cosas cotidianas, fíjate en el café después de diez minutos, se enfría. El calor no es eterno. Fíjate en esa familia que era tan feliz y uno de sus  padres ya no está. La familia está rota, descompuesta, a cachos. La vida tampoco es eterna. Y ¿ese chico no fue el que te dijo que te amaría siempre? ¿Por qué ya no seguís juntos? No, no digas que es porque no te quería, porque sino, fíjate, tú le estás olvidando, le estás dejando de querer. El amor tampoco es para siempre.
¿Qué es eterno? Nada lo es, todo se destruye pasado un tiempo. Después de cierto tiempo ves como van a apareciendo grietas, como se va descomponiendo hasta acabar roto. Y  no podemos hacer nada por evitarlo, solo miramos. Vemos a relaciones destrozadas, a amistades que se acaban, a familias rotas por el dolor. Y entonces deseas que las cosas sean eternas, eso hubiese mejorado tanto todo. Quizás él siguiese aquí, o ellos no se habrían marchado o quizás yo no me hubiese perdido tanto. Quizás no habría nadie roto por el dolor, ni nadie echando de menos a nadie. Solo amor. No habría temor a la traición ni a el abandono, esas personas que tanto queremos siempre estarán con nosotros. O quizás solo habría dolor y sufrimiento ya que esas personas que nos hacen tanto daño nunca se irían de nuestra vida pero, ¿qué más da lo que habría si nada, nunca, va a ser eterno? Con el paso de los años el café se va a seguir enfriando, el cigarro se va a seguir consumiendo, las personas van a seguir muriendo y yo, yo estaré igual de perdida. 
Y es que, ¿quién querría que las cosas fuesen eternas? Puede que en ciertas cosas estuviésemos mejor pero, ¿cuántos no os asustáis al pensar en relaciones serias? Imaginaos estar siempre con la misma persona, follar con solo esa persona, tener ojos solo para esa persona, estar solo con una persona en tu vida. Quizás pueda sonar hasta bien, pero, lo que no es novedad aburre. O esas amistades enfermizas, nunca acabarían. Y el dolor tampoco. Los bajones serían permanentes. ¿Y la felicidad? Supongo que también, pero, alguien sería feliz estando rodeado de gente buena, sí, pero también de demasiada gente mala. Y para siempre. 
Quizás si haya algo eterno. Quizás esas cosas, insignificantes y que pasan desapercibidas siempre serán eternas. Me explico o lo intento. Quizás sea eterno que yo, para empezar el día, tenga que escuchar música sino, todo estará en silencio hasta ese momento. Hasta el instante en me pongo los auriculares y aprieto el play mi mente no funciona completamente bien, o sea, no da lo que podría dar. 
Hay quién cada día, sin excepciones, se toma un café por las mañanas, quizás eso sea eterno. Quizás convirtamos las rutinas en algo eterno. O quizás solo esté desvariando. 

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