Odio que la gente juzgue a los demás por su fachada o sus gustos o por su comportamiento delante de un grupo. La odio, pero yo soy como ellos. Soy superficial, mentirosa e inmadura. Soy como todo lo que odio.
A quién quiero engañar, soy como todas las demás, no tengo nada de especial. Soy como el resto, no soy diferente, me fijo en la fachada y en el físico. Sufro por los mismos problemas que todos los demás, ¿ese chico me querrá? ¿me utilizará? ¿será realmente fiel?, cosas de la inmadurez. Miento cada vez que puedo, y no finjo que odio a los mentirosos, lo que odio es descubrir la mentira. Miénteme, engañame, has lo mismo que yo, mientras que no me entere me da igual. Al final, soy exactamente igual que esa sociedad que tanto odio, que irónico.
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