sábado, 8 de febrero de 2014

Que lo intento.

Y no lo entiendes, y no lo entiendo. No nos entendemos. Corremos, gritamos, exigimos respuestas sin siquiera tener claras las preguntas. Queremos salir de esta pero no sabemos sonreír, ¿cómo vamos a conseguirlo así? Bueno, ¿de qué hay que salir? Vuelta a no hacer las preguntas adecuadas, vuelta a que escribir me dé dolor de cabeza, repetimos eso de que cientos de palabras se amontonen y ninguna consiga salir. Cuantas ideas, cuantos temas quiero tratar, que pocas ganas de hacerlo. Me obligo a escribir, siquiera estoy atendiendo a lo que escribo, como lo escribo o a la mierda que estoy haciendo, me da igual.

Insomnio, dormir poco, pesadillas desde que cierras los ojos. Sudas pero no te mueves, oyes voces que te gritan pero no hay nadie, un 'dejadme en paz' retumba en las paredes de tu mente. Chillas, o al menos crees hacerlo. ¿Qué coño está pasando? No quiero volver a las pesadillas, no quiero volver a dormir dos horas y prometerme que las compensaré por la tarde, pero no las compenso. Me paso las tardes acostada en posición fetal, inmóvil en la oscuridad que me proporciona mi cuarto y la manta que tengo encima. Cerrar los ojos no sirve de nada, no consigo dormirme, tampoco es novedad.
Estoy cansada, muy cansada. Vuelvo a estar cabreada con el mundo, lo disimulo. Sonrío y me paro en donde me tengo que parar, no me permito caminar un buen rato para 'despejarme', nada de sentarse en bancos a colocarse pulseras, nada de escribir cuando debería estar en el instituto. Intento obligarme a estar bien, dejando la paciencia atrás y pasando de aguantar la mierda de otros. Yo voy primero. Ya no tolero gritos, ni bromas, ni nada. O me tratas bien o te piras. Y no se piraron, los eché.

Ya no cuento mis mierdas, no hay nada que contar. Es increíble poder decir que tengo días buenos, que los momentos en los que estoy bien van equilibrados con los que estoy a trozos, y me gusta. Consigo lo que quiero, me da igual lo demás, me da igual la gente que deje atrás y la confianza perdida con todo el mundo. Que si ya no contesto mensajes es porque no me apetece, que si solamente hablo con dos personas es porque me sacan sonrisas. Que me arrepiento de empezar a hacer, pensar, o decir un millar de cosas, pero, eso no harán que cambien, tengo que luchar porque no se vayan sumando arrepentimientos a mi conciencia, tengo que mirar el lado positivo entre tanta mierda. Siempre lo hay ¿no? Al menos no paran de repetirme eso.

Tranquilidad, retomo esta entrada dos semanas después de empezar con ella, cuando no apetece escribir no apetece. Empiezo a acostarme 'temprano', voy dejando eso de las madrugadas en vela y luego irme al instituto, tiro como puedo con el cansancio acumulado que no desaparece y con la seguridad de que cada vez menos gente me necesita. Y me da igual, y eh, que placer da cuando lo dices de verdad. Ya no necesito contar absolutamente nada, con el tiempo pasa esas ansias de consejo, de que tomen por ti tus decisiones, así
te pesaba menos la conciencia. Ya no tomo decisiones, no quiero hacerlo, ¿por qué debo tomar decisiones si no tengo claro nada? ¿Por qué tengo que respirar hondo y no enfadarme? Bah.
No voy a empezar a soltar mierda en esta entrada, tranquilidad.
No voy a decir que todo me va genial porque no, pero, joder, lo intento. 

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