¿Sabes? Ya me da igual, no estoy bien, pero tampoco estoy mal. ¿Es indiferencia lo que siento?, no, no lo es, me importan las cosas, pero, no sé que siento, y eso es más triste que sentirse mal.
Y es que a veces pienso que es mejor intentar no pensar, no quiero comerme la cabeza con tonterías, no quiero pensar que cuando las cosas acaban siempre es culpa mía, pero acabo pensando en lo mismo, día tras día, aunque eso me torture, lo hago igual.
También pienso que necesito cariño, quiero que venga alguien que me haga sonreír, que me abrace y sienta como nuestros cuerpos encajan perfectamente, que sienta, aunque sea solo durante dos rápidos segundos, que es mi alma gemela, aunque no lo es, ni lo será.
A los quince, nada es para siempre, los te quiero's se vuelven amargos, y los por siempre dejan de tener significado. ¿Que hago si cuando me dicen te amo lo único que puedo hacer es reírme? Y es que niño, los te quieros ni se dicen a los dos días, y un te amo, tiene más significado de lo que te puedes llegar a imaginar, y tú vas diciéndolo por ahí. Eres un inconsciente, ¿no ves que alguien con poca inteligencia se lo puede creer? ¿No entiendes que le puedes hacer daño? Claro que lo entiendes, pero no te importa.
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