El tiempo pasa, las personas cambian, las cosas desaparecen y tu estás ''felizmente'' sola. Vez como todo tu alrededor ya no es igual, vez como todo es mas maduro, más serio, porque tu ya ''eres grande'', aunque sigues llorando como una niña pequeña... Pero eso no lo saben, ni lo sabrán, porque te empeñas en llorar en tu cuarto, a solas, tragándote tantas veces las lagrimas en silencio para que nadie te oiga, apagando los gritos y sollozos en la almohada. Sé perfectamente como va eso, tu lloras, tu familia está feliz, ellos creen que tu también, pero tu y solo tu sabes que no es así, que esas lagrimas, ese empeño en que nadie lo sepa, esa tristeza oculta, esos nudillos marcados de las veces que le haz pegado a la pared, esas miles de escusas que se te ocurren desde que oyes pasos en el pasillo, ese poder sobrenatural de volver como si nada después de llorar con ellos, con los que te quiere, ese sufrimiento, y esas ganas a veces de acabar con todo, con todo el puto sufrimiento, tu sabes que eso no es normal.
No dices nada, a nadie, porque sabes perfectamente la mirada de pena que te ponen siempre que te ven, la preocupación que tienen los tuyos, y bueno, los rumores corren... Nada volvería a ser igual.
Te esperan dos ''sencillos'' caminos, el primero es seguir adelante, cuesta pero puedes conseguirlo si te lo propones, tendrás que decírselo a los tuyos y soportar las criticas y miradas de pena como una cobarde disfrazada de valiente, pero valdrá la pena, supongo.
El segundo camino es acabar con todo, no más sufrimiento, no más llantos, todo definitivo, no volverás a la tristeza, pero tampoco a la alegría, también será difícil, le harás daño a tus seres queridos, lloraran como lo hiciste tu, pero tu no sentirás nada, no existirás, solo tu yo físico que yacerá en un ataúd sin vida a varios metros bajo el suelo. Tu decides.
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