sábado, 31 de marzo de 2012

Ese banco.

No eres para mi, lo sé, pero eso no va a cambiar lo que siento, por desgracia. Todavía me siento en ese banco que presencio tantas historias, incluida la nuestra. Todavía lloro recordando lo que pudimos ser y no fuimos, recordando lo que fuimos y ahora no somos. Me siento en ese banco a ver esos nombres que tanto tu, como otros dejaron hay como presente. Todavía tengo el sabor de tus labios en los míos, no quiero que ese sabor  se vaya, deseo que perdure. Echo de menos esos Te quiero dichos por tus labios, esos abrazos que me llevaban al cielo, esas tardes viendo esas comedias románticas que tanto odias pero que veías por mi, echo de menos esas tardes en las que deberiamos estar estudiando pero en cambio, estábamos en mi habitación bailando y haciendo el tonto, echo de menos cuando me llamabas pequeña, echo de menos todas esas promesas que quedaron en el recuerdo de uno de los dos, echo de menos, todo lo que fuimos, todos esos besos y caricias que un día nos dimos, y que nunca más lo haremos.


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